La adaptación personalizada del audífono a la persona que lo necesita es esencial por encima de otros factores como el diseño o la potencia. La calidad de la audición es fundamental a la hora de elegir el audífono por encima de otros detalles que, a pesar de ello, son complementarios y pueden servir para satisfacer otras necesidades personales como las de la discreción.

La adaptación es un proceso duradero y que requiere de un trabajo minucioso por parte del audioprotesista . Éste debe realizar algunas pruebas de forma secuencial para obtener cada vez más información sobre el tipo de hipoacusia, grados de pérdida y umbral auditivo.

La anamnesis es una conversación con la persona que visita al audioprotesista . Es en ese momento donde sale a la luz toda la historia clínica, los antecedentes personasles y familiaries, las enfermedades que haya tenido relacionadas con el oído. Es importante la información que se saque de esta conversación.

Las exploraciones posteriores pueden servir para dos cosas. La del oído externo para poner más en situación al audioprotesista sobre la anatomía del oído del paciente y ver qué tipo de audífono es el que mejor se puede adaptar . Si el oído es más pequeño o más grande la solución debe ser acorde a este tipo de detalles.

También la timpanometría, las audiometrías tonales, verbales, las pruebas de discriminación en campo libre con o sin ruido, la exploración del conducto auditvo para hacer el molde a medida, la adaptación del audífono con la medición del oído real, las pruebas de sonoridad o de percepción sonora son todas ellas algunas de las que tendrá que realizar el audioprotesista en todo el proceso.

Cuanto más y mejor sea la información disponible, mejor será la adaptación del audífono al paciente .