La reticencia a utilizar audífonos por parte de las personas que tienen pérdida auditiva obedece a una serie de prejuicios sociales que no deben de ser tenidos en cuenta a la hora de tomar la decisión de utilizarlos.

La mayoría de las personas creen que estos dispositivos para la audición van a mejorar la escucha de los sonidos y palabras en distintas conversaciones y en cualquier entorno, esa es la realidad. Ahora bien, hay otros que creen que los audífonos son para personas mayores o que van a ser muy llamativos y eso es lo que daña en general la perspectiva de las personas.

Los audífonos no son lo que eran antes. Hoy en día pueden pasar completamente desapercibidos y tanto jóvenes como mayores van a encontrar en muchos modelos la privacidad que desean . Asumir que se tiene una pérdida auditiva y que hay que subsanarla es lo fundamental. Esa labor de asunción la hace la evolución no sólo de la perspectiva social sino también de los dispositivos.

Todos necesitamos ayuda y, a medida que nos hacemos mayores, debemos asumir este hecho . Hoy en día hay gente que no asume que las pérdidas de audición por la edad (presbiacusia) cada vez se adelantan más por el entorno en el que vivimos, especialmente en las ciudades. Pero también por o tras causas que no tienen que ver con el ruido sino con el uso de medicamentos ototoxicos u otitis recurrentes, por ejemplo.

Por todas estas cosas los prejuicios los tenemos que dejar atrás y pensar que más allá de sentirse mayor lo importante es que hay soluciones que nos permiten mantener una vida completamente normal y al margen de otras polémicas.

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